Cuando la visión del entorno se junta con un proceso de interpretación plástica, se consigue un resultado ambivalente. En este sentido, el artista puede dar mayor o menor importancia a cualquiera de las dos partes. Una opción más para abordar nuestra sensación de existir y nuestra voluntad de comprender.
Al hacer este camino con Ignasi hacia nuevos conocimientos, nos encontramos frente una vida urbana llena de silencio. De hecho la ciudad parece despoblada, invadida por una ausencia de gran intensidad. Momento fulgurante de la vibración poética indispensable para situarse en la misma obra que el artista.
Las suyas son obras que tienen que ver con el "sentir", es decir, con el diálogo interior de las almas sombreadas que van de un edificio a otro. Deambular lánguido a pasos de sol en vía de crear volúmenes arquitectónicos. Fenómeno metafísico que sustituye a las personas por el bullicio ensordecedor de las colmenas humanas cubiertas de cemento y más cemento. ¿Dónde están los árboles?
Sólo nos quedan estos ojos para mirar o ser mirados, penetrar o ser penetrados, soñar o ser reinterpretados. Ojos multiplicados, ojos cuadrados, ojos negros, profundos, inquietantes como si fueran ventanas agujereadas que hubieran dejado de parpadear desde hace mucho tiempo. Herida callada de una ciudad imposible. Ignasi nos lo hace real.
No obstante, en otras de sus obras, surgen unas mujeres convulsivamente presentes que yacen en sus propias distorsiones. No se retractan de ellas mismas sino de la pasión excesiva del drama existencialista, o sea, del compromiso factible del tiempo que queda de vida. Interrogante sobre el cual las obras de Ignasi nos mantiene en vilo. La esperanza es lo último que se pierde…
L'obra d'Ignasi Calonge, per una part, ens du al món urbá, un món en el qual ha estat treballant, durament, al llarg d'aquests darrers anys. Un món urbá que ha estat investigant ¡ treballant des de la seva vessant estética més depurada i des de la seva vessant, cal dir-ho, filosófica i metafísica. Un món urbá, en definitiva, desproveít de qualsevol tipus de convencionalisme tradicional o anodí. Tot un desplegament de carrers i d'edificis, concís i contundent, en el qual les solucions cromátiques, a part d'inusuals, confereixen aquella unitat i aquella prospecció necessaries per tal d'entendre-les i fer-les nostres, en la mesura de les nostres capacitats i, sobretot, si tractem de veure- les des d'una órbita diferent.
Per altra banda, la pintura d'Ignasi Calonge també ha tocat, amb el seu mestratge proverbial, la natura morta o la figura humana, i ho ha fet amb la mateixa sensibílítat i amb la mateixa decisió amb les quals ha conreat el paisatge urbá. Les natures mortes d'Ignasi Calonge, moltes d'elles treballades des de l'exotisme de les terres on ha viscut en altres temps, (Indonésia, Tailándia), són d'una coheréncia i d'una nitidesa fora de série. Uns temes tractats amb aquella contenció i amb aquella harmonía própies de qui sap observar i investigar. Amb l'honestedat de Kartista que treballa, gairebé, dins del seu anonimat, amb silenci i amb resolució. Són algunes de les característiques d'Ignasi Calonge a l'hora de demostrar la seva veritat.
I el mateix podríem dir de les seves figures humanes, aparentment dures en el seu rigor formal, pero plenes de transcendéncia en els seus continguts. L'honestedat, en el món creatiu de les arts, quan és el que ha de ser, adquireix una dimensió i un valor diferents, virtut en la qual l'ética i la seriositat no están renyides, en cap moment, amb la qualitat o amb l'interés, independentment de si els seus resultats han d'agradar, o no, al públic. No és, tan sois una qüestió estética, si no, més aviat, de reacció. De contingut. D'equilibri mental. De sensacions. I d'emocions.
La personal interpretación que hace del expresionismo, el pintor Calonge, es uno de los atractivos de su exposición en la Sala Gastó.
Si en la sala número 1 está la pintura de Robert Manera, días ha comentada, en la siguiente sala hállase el sorpresivo lenguaje neoexpresionista del barcelonés Ignasi Calonge. Resulta sumamente interesante la moderna investigación que hace, este artista, del expresionismo centroeuropeo para sacar o sintetizar o depurar, de él, un nuevo diálogo gráfico y estético acorde a su inquieta personalidad.
Para ello conviene saber que, Calonge, practica el grabado, la serigrafía, el pastel y, como es lógico e imprescindible, el dibujo como firme y global armazón de toda su obra.
Ahora, en estos óleos sobre tela que presenta en Terrassa, amén del andamiaje y sus esquemas, radica una honda voluntad constructivista. Y se explica porque proviene de la disciplina dimensional del dibujo cuyo contenido intelectual en imágenes, y gracias a esa armonía y desarmonía, le conduce a conseguir una forma muy peculiar de introducirnos en «sus» referencias simbólicas de, a no dudar, poderoso hechizo comunicativo.
Me pidieron que viera la obra de este joven pintor y lo hice, aunque no suelo acudir a exposiciones montadas en restaurantes o bares por la incomodidad que representa para los clientes que un individuo sólo consuma cuadros mientras ellos charlan, comen y beben. Me satisface haber subido las escaleras del restaurante que tiene la librería Laie porque en Ignasi Calonge hay madera creativa.
Sus visiones aéreas de la ciudad, las fachadas y una azotea con desnudo femenino en primer plano tienen novedad expresiva y sitúan los temas en un ámbito propicio para la comunicación plástica. También tiene interés en la figura, a la que da una notable expresividad.
No se trata de un pintor ya hecho, pero tampoco de alguien que sólo apunta cualidades. Creo que Ignasi Calonge, a quien no conozco personalmente, ya está preparado para una exposición en regla. Sabe estructurar los cuadros de una forma propia, sin inventar dicciones que sólo causan confusión pero con el natural acento de quien crea y no imita. Posee originalidad, que es lo más difícil de tener y lo más fácil de perder cuando es excesiva la prisa por llegar. Recomiendo la visita y futuras exposiciones en sala.
Lo primero que sorprende de la obra pictórica de Ignasi Calonge es la conjunción de dos maneras de hacer o estilos de hacer o estilos dispares que se complementan paradójicamente.
La una es la tradición simbolista y expresionista,(Van Gogh, Munch, Bacon, Dubufet, y en el pintor y crítico catalán Josep Maria Sucre) donde figuras y rostros con sus deformaciones y trazos, quieren expresar un estado de ánimo y sentimientos de una realidad psíquica y subjetiva.
La otra forma de hacer es la superación del objeto y del espacio mesurable.
Representaciones obsesivamente analíticas y detalladas.
Objetos dispuestos y recreados dentro de un orden a la manera cubista, de un espacio determinado hasta puede llegar a alterar este mismo espacio(recordemos una parte de Joan Gris, Picaso, Braque y también la organización espacial de René Magrite)
Si en la sala número 2 se encuenta el sorpresivo lenguaje neo-expresionista del barcelonés Ignasi Calonge. Resulta sumamente interesante la moderna investigación que hace, este artista, del expresionismo contemporáneo para sacar o sintetizar o depurar, de él, un nuevo diálogo gráfico y estético acorde a su inquieta personalidad.
Para ello conviene saber que, Calonge, que practica el grabado, la serigrafía, el pastel y como es lógico e imprescindible, el dibujo como firme y global armazón de toda su obra.
Ahora en estos óleos sobre tela que prenta en Terrassa amén del andamiaje y sus esquemas radica una onda voluntad constructivista. Y se explica porque proviene de la disciplina dimensional del dibujo, cuyo contenido intemporal en imágenes y gracias a esa armonía y desarmonía, le conduce a conseguir una forma muy peculiar de introducirnos en "sus" referencias simbólicas de, a no dudar, poderoso hechizo comunicativo.
En la obra de Ignasi Calonge se hace patente el espíritu de introspección personal y de búsqueda plástica que anima la experiencia del movimiento expresionista desde siempre: la inquietud rupturista del primer Munch el trazo nervioso y rápido del mejor Kandinski, las perspectivas urbanas de Bechmann y de Felix Müler, los colores apagados del último Rohlfs y también la expresión cromática de los rostros común a la mayor parte de las figuras de aquellos creadores.
Uno de los grandes maestros del expresionismo, Kandinski, preocupado el año 1912 por vestir unas bases teóricas que justificaran su abandono de la figuración, escribió que "la línea tiene como objeto el mismo sentido plástico-funcional que una silla". Y así parece entenderlo Calonge, cuando una vez decidió girar el sentido de la frase, incorpora a menudo, entre sus temas, líneas que coexisten en el mismo plano de aquello que se representa. Sin duda, se trata de una muestra del pragmatismo de Calonge -en sintonía plena con el pragmatismo finisecular que impera en todas partes-, que le lleva a discernir cualquier dilema teórico entre representación objetiva y abstracta, y que convierte así la frase de aquel maestro en una verdad que traspasa bastamente la rotundidad primigenia que fue formulada.
Ignasi Calonge nace en el barrio barcelonés del "Eixample". Su infancia transcurre entre dos espacios arquitectónicos que más tarde su técnica y su paleta recrearán en sus pinturas. Su vida se inicia y acontece en una casa de la familia en la calle Consell de Cent, entre Paseo de Gracia y Rambla de Catalunya. Su universo mental infantil se va plagando de elementos del más notable estilo modernista protagonizado por Gaudí, Doménech i Muntaner, Puig i Cadafalch..., mientras Ignasi es testigo de las nuevas construcciones modernas, que con el paso del tiempo ganarán espacio a la ciudad hasta convertir este lugar geográfico del Mediterráneo en un paisaje urbano caracterizado por sus contrastes.
Una colonia industrial al estilo finisecular situada en la provincia de Barcelona, con el más auténtico caracter de la empresa textil catalana, dotará inocentemente a su ojo artístico, del color, la textura y de la enormidad espacial que más tarde él trasladará a su pintura.
Probablemente la combinación de estos preciosísimos valores arquitectónicos de una Catalunya industrial y urbana, conjuntamente con la influencia de un abuelo Alcalde de Barcelona han conferido, con el tiempo, la fuerza y la personalidad con la que Ignasi Calonge rescata el paisaje urbano de su ciudad natal.
Hijo de una familia industrial en la que la madre es aficionada a la pintura, vive su infancia y adolescencia junto a cuatro hermanas. La sensibilidad plástica materna, así como la presencia notoria de la mujer en su vida familiar, serán los elementos que situarán el tema de la mujer en un lugar dentro del conjunto de la obra. Así una misma mujer con personalidad múltiple o quizás, varias mujeres cuyo rostro no se concreta nunca, aparecen, en ocasiones descansando en confortables sofás o en otras, simulando una comunicación entre ellas y el espectador que jamás se produce. Mujeres de enormidad carnosa, de personalidad fuerte configuran el mundo pictórico de Ignasi. Estos volúmenes impresionantemente presentes en poderosas y concluyentes cabelleras son plásticamente contenidos por el trazo firme del artista.
Sin otros materiales que los que se ajustan alos cánones seculares de pintura catalana Ignasi Calonge Serra, vuelca en sus telas, el polvo de sus estrellas,que dotan a sus cuadros de esos puntos de luz que los transforman en partituras musicales. Música urbana para una pintura urbana.
Luego de la etapa imprescindible de bodegones, figuras y otras experiencias, llega a la madurez, la exactitud y autoridad del trazo para adentrarse en sus calles y rescatar la arquitectura, obra de hombres, para que la habiten hombres y perpetuar ese concepto.En sus pinturas muchas veces prescinde de la figurra humana, pero está presente en el cromosoma de la humanidad, como sigue presente el cromosoma de la arquitectura ortodoxa con que comienza su obra, para ir desestructurando esa misma obra y dejar al espectador la libertad absoluta de interprtar su música interna.
Música urbana, naturalmente.
Ignasi Calonge 1944, que a través de unos años, de una vida, posee una percepción urbana de su ciudad, primero la asimila, la entiende, para después desestructurarla y leerla desde sus entrañas. Esos trazos firmes, seguros de percepción consiguen estremecernos, porque existe una carga de sensibilidad que nos sitúa a través de sus edificios, y nos brinda un puente para acceder a las almas de los seres que los habitan.
Viaja a Bali, y una vez allí siente la necesidad de volver a convertirse en observador,se recrea durante tres años y nos regala algunas de sus mejores obras.
En México, sabe plasmar esa amalgama de culturas y colores, y nos vuelve a ubicar, es entonces cuando entendemos su mensaje universal.
Tant els que coneixeu la pintura d'I. C. com els que no la coneixeu, estareu d'acord, si més no, en un punt de referencia quejo consideraría significatiu. Significatiu i coherent: que aquesta pintura d'I. C., en la seva singularitat i en la seva estética, ja que d'aixó es tracta, no deixa indiferent a ningú.
Sí, no deixa indiferent a ningú, i no ho die per la bona amistat que ens uneix o per l'afinitat estética compartida, si no perqué és una realitat en si mateixa. Una realitat que, per tantes i tantes raons, i no acabariem mai, ens está obligant a estudiar, a descobrir i a gaudir, mitjansant un tipus de diáleg, totes i cadascuna d'aquestes solucions argumentáis, solucions emanades a partir d'uns plantejaments degudament el.laborats i treballats amb la tenacitat i la tossuderia própies de qui sap el que vol.
Aqüestes visions urbanes d'I. C., que tant podrien fer referencia a Barcelona com a qualsevol ciutat imaginaria, em recorden, no per haver-les viscut pero sí per haver-les estudiat, a aquelles visions de la Barcelona de principis dels anys 30, quan l'Ajuntament d'aleshores, potser amb una política cultural mol més assenyada i rigorosa que la de la nostra época, va fer realitat aquella exposició concurs, magnífica per cert, "Barcelona vista pel seus artistes", (1930), de gran repercussió, tant per la importancia dels artistes participants com per la qualitat de les obres presentades.
I bé, amies, sense intenció de cansar-vos més del compte, tan sois voldria pregar-vos que us mireu les pintures d'I. C. amb la cura i amb l'interés que es mereixen i en treieu aquelles conclusions que considereu més apropiades.
Ignasi, Maribel, enhorabona per la part que us toca i, enhorabona també, per aquest pas endavant que heu donat. Moltes grácies a tots.
Si a l'any 2006, l'I. C. ens dona un tast, excel.lent, per cert, sobre les seves visions urbanes, al Centre Civic de La Pobla de Cérvoles, provincia de Lleida, efeméride que recordo molt entranayablement, que no podría dir, ara, d'aquesta gran selecció de racons urbans, al.lusius a Ciutat de Méxic i a Barcelona? Una selecció de peces que, pel seu calibre i per la seva posta en escena, están en perfecta correspondencia, i diria, harmonía, amb la propia entitat que l'acull, el Col.legi d'Aparelladors i Arquitectes Técmcs de Barcelona.
Deia, en la introducció, de que l'I. C. investiga , i molt, el món urbá. La seva configuració geográfica. La disposició o dispersió dels barris. La plástica dels edificis, ja siguin illes de cases, palaus, edificis singulars o simples barraques. Tot té un interés i tot té una explicació, com podreu veure en aquesta mostra, sobre tot si tractem de veure-les fora dels seus contexts habituals.
En el cas de les visions de Ciutat de Méxic, una megalopolis fascinant, i una de les més grans del món, tot argument que es pugui discutir, te el seu atractiu, sí, un atractiu poderos. Una ciutat, per un canto, amb un passat historie tan brillant, entre el món dels azteques, la gran Tenotchtitlan, i la capital colonial de la Nova Espanya. I una ciutat, per altra banda, tan moderna com aclaparadora, que creix i creix, a un ritme tail rapid com desigual, i que ens deixa, en una paraula, ímmobilitzats. Cal coneixer la ciutat per calibrar el que estic dient i cal llegir aquelles referencies, delicioses, de la cronista emérita de la capital mexicana, la dra. Clementina Díaz de Ovando, una auténtica memora vivent d'aquella ciutat d altres temps.
En el cas de les visions de Barcelona, aquesta Barcelona que també ha anat canviant amb el pas dels anys, potser no ens resultin tan contestants com les vistes de la capital mexicana. Potser perqué, malgrat tot, Barcelona pot ser encara, una ciutat més en la mesura humana, tot i les incomoditats amb les'quals compta, i en són unes quantes. Les referéncies dels barns o dels edificis ens resulten com més properes. Més familiars. I hom no pot deixar de pensar, ni que sigui vagament, en aquella gran Barcelona que desitja l'alcalde Porcioles, en plena dictadura franquista. Una gran Barcelona, amb encerts i errors, dels quals, tots nosaltres, en som testímonis, com ho han estat la premsa, el cinema o bé aquelles novel.les d'impacte Donde la ciudad pierde su nombre", del P. Candel, o "Barcelona. ¿A donde vas? , del J.M. Huertas Clavería.
En qualsevol dels dos casos esmentats, penso, i crec que l'I. C. hi estará d'acord, el que busca i pretén l'artista no és altra cosa que l'essencia mateixa del fenómen urbá. No la seva estética preestablerta si no, més aviat, la seva plástica, lliure i independent. L'artista no fa una descripció a la manera dels "vedutisti" europeus dels segles XVIII o XIX, sino que va més lluny. Intenta copsar una altra realitat, una altra realitat que no es veu pero que existeix i que traspúa. Que ens fa pensar i que ens fa anar més enllá del que ens podem imaginar. Jo diría, fins i tot, que l'artista va a la recerca del llenguatge més pur, tot i presentant unes imatges dures, potser sí, pero mai exemptes de la seva poética. I, perqué no, de la seva trascendéncia.... Cal pensar-hi una mica.
I bé amics, com que no es tracta de fer un tractat de l'obra del nostre amic, que ja es fará, no ho dubteu, tan sols voldria aprofitar l'ocasió per agrair, tant a a l'lgnasi com a la Maribel, tot el seu esforç i tota la seva confiança, així com al Col.legi d'Aparelladors i Arquitectes Técnisc de Barcelona, tota l'ajuda prestada i tot el seu suport, realment immillorables. També voldria agraïr la preséncia de tots vosaltres, parents, amics i admiradors de l'artista, per fer-nos costat en aquest acte. Moltes grácies, altre cop, i gaudiu de la mostra que, de ben segur, us agradará.
Sense intenció d'allargar-me més del compte, voldria aprofitar l'avinentesa per a agraïr a l'lgnasi i a la Maribel, el seu entusiasme i la seva confiansa, així com al Vicente i al Restaurant Ciudadela, tota I'ajuda i tot el suport, sempre immillorables. També voldria expressar el meu agraiment a tots els que ens acompanyeu, avui, en aquest acte. Estic segur de que tindreu una oportunitat magnífica, sobretot aquells que no conegueu l'obra, de gaudir d'una auténtica lliçó. Moltes gracies.
Depende del papel vulgar, tus cuerpos vislumbran en una u otra medida. Cuerpos y cosas- nombro a partir de categorías universales-, que hacen la lista larga, que enseñan los límites y arcos iris siempre ribeteados por unos pinceles heridos que no se sabe en que lugar nacen o mueren. Si mueren, me doy cuenta, de repente, que las figuraciones i/o fluctuaciones ineluctibles aparecen no - estáticas, como si la persona narrativa poseyera una lupa cilindrica, circular y como que no - estático quiere decir dinámico, y dinámico representa la vida, tenemos una pintura viva, la cual está por encima del nacer y del morir.
Si vivos y heridos son tus cuadros y/o escenas de dicotomías o choques de contrarios y te diré todavía todavía más: se han de mirar mientras el mundo gira "y las mujeres duermen/concilian haciendo camino hacia el fin del mundo" ; dice un altanero poeta.
Como ves no hablo ni hablaré de conotaciones técnicas, ni de si están bien colocadas las manchas de color, y menos de si sobran capas de pintura. Yo lo único que se es que el color empleado es el del cielo de invierno y las capas de color un esfuerzo por romper la síntesis imposible y falsa hacia una pintura viva, nada más admite el análisis.
Yo lo único que se es que este nuevo texto fue pintado con un brote de arco iris de diciembre, se podría añadir a la colección de Ignasi que hoy presenciamos.
Entregarse a una investigación a una investigación profunda e intentar ser el mismo y ser de los otros, ha sido siempre el camino. Camino donde brota la fuerza creadora y la necesidad de plasmar por medio de la plástica unos sentimientos profundos hacia una plenitud de persona
La cara, las caras. Ahí empieza la historia que Ignasi Calonge. El resto refuerza aquella o aquellas cara. El objeto. Los objetos, son protagonistas. El resto, refuerza el protagonismo. Y lo hace remarcando con trazos negros y contundentes.
La cara como objeto invitan a una cuepo o a un entorno, y todo junto obra el misterio.
El color tiene un intrigante tratado.
Todo y que yo no soy la persona más indicada para juzgar su obra, veo una proyección personal cada vez más abierta a salir del estudio donde trabaja su obra, sin dejar de recrear aquel acento personal del trazo negro.
Sin dejar bodegones y retratos... etc... sale al terreno urbano y nos acerca a otras historias.
Le deseo a Ignasi Calonge suerte, en esta tempestuosa vida de marchantes y galerías, porque su obra tiene un gran interés para todas las personas que aman la pintura.
Una obra tan singular ha de tener un lugar destacado dentro del mundo de nuestra pintura.
Además, te lo has ganado a pulso, Ignasi.